4. Técnicas de relajación

Unas de las técnicas de mayor prevalencia a la hora de gestionar emociones es la
relajación, la cuál es aconsejable que esté acompañada con algún tipo de técnica
que se centre en reestructurar el mundo mental de la persona para poder prepararla
para afrontar multitud de situaciones estresantes. Usaremos las técnicas de
relajación cuando al individuo le cueste sobrellevar la intensidad de sus emociones,
para así conferirle un mínimo nivel de control y así sea capaz de avanzar en sus
objetivos poco a poco.


Es típico aplicar técnicas de relajación cuando se prevén momentos de alto estrés,
como competiciones, enfrentamientos ante jugadores que nos infligen inseguridad o
exposición a comportamientos de compañeros que nos puedan irritar. Lo más
importante es, por un lado, escoger la técnica de relajación que más convenga
según la situación, y por otro, enseñar sobre cuál es el mejor momento para llevarla
a cabo.