El anclaje

Un anclaje es una herramienta de la mente que nos permite tener una idea de las características esperables de un objeto, conducta o situación. Por ejemplo, si la primera vez que tomamos un refresco en un bar nos sale por 1’5€, podemos generar un anclaje respecto a ello, pensando que ‘es el precio lógico en este contexto’. Esto implica que si en otro establecimiento nos cobran 2€, pensaremos que es bastante caro, y muy barato si nos cobraran sólo 80 céntimos. Desde la psicología podemos aprovechar este elemento, anclando ciertas emociones positivas hacia un objeto neutro para que, al evocarlo en un momento de estrés, nos reporte calma. Sin embargo, hay que entender que es una técnica sencilla, lo que significa que su afectación es limitada, siendo más útil cuando la frustración es leve o moderada-leve. Tenemos que darle a la persona las siguientes indicaciones:

  • “Piensa en una palabra, tiene que relacionarse con un objeto concreto, existente, como una cuchara o una lámpara. Es importante que sea algo tangible y no excesivamente extraño, como un artículo exclusivo que no podamos ver a menudo”.
  • “Cuando tengas un momento de serenidad o felicidad, como al recibir una buena noticia, o estando tumbado tranquilamente en la cama, debes decir en voz alta la palabra escogida. Debes hacerlo durante un par de minutos, siendo imperativo que te concentres en ello (con esto buscamos que se cree una conexión entre emociones positivas o relajantes con esa palabra, para que se convierta en una ‘palabra de confort’)”.
  • “Tras practicarlo al menos dos o tres veces al día a lo largo de una semana/semana y media, vamos a ponerlo en acción. (Ahora generamos un estímulo estresante) Ponte unos auriculares, y haz click en el video de abajo, oirás una grabación molesta pero no te los quites. Aguanta un poco, y cuando te notes algo frustrado, recoge la palabra que has estado utilizando y repítetela a ti mismo. No importa si es en voz alta o en tu cabeza, lo importante es que puedas acceder a ella sin complicaciones”.

Pros del anclaje:

La sencillez para explicarlo y aprenderlo. Paralelamente, es barato
en cuanto a recursos, puesto que no utilizamos ni siquiera una hoja de papel.

Contras del anclaje:

Su efecto no se ve tan a corto plazo porque se necesita de un tiempo previo para ‘entrenar a la cabeza’ en ese estímulo. Como se ha comentado más arriba, es complicado que funcione cuando el nivel de frustración es elevado, porque requiere de un mínimo de concentración.